(foto y nota, gentileza de Víctor País, Tras Cartón)
ANTE EL VIRTUAL VACIAMIENTO DE LA EMPRESA
Los obreros de Torgelón defienden su trabajo
Los trabajadores del Frigorífico Buenos Aires S.A., un amplio y viejo establecimiento ubicado sobre Donato Alvarez, entre Gaona y Apolinario Figueroa, y en el que se elaboran los fiambres y embutidos de la prestigiosa marca Torgelón, se encuentran en lucha. Ya es total el abandono de responsabilidades por parte de quienes, en los papeles, figuran como titulares de la firma.
Ya llevan más de dos semanas haciendo guardia día y noche y propagandizando su delicada situación con carteles que la denuncian y con la efectiva presencia de varios de ellos, a la vera del establecimiento, uniformados con la blanca indumentaria típica del rubro al que pertenecen. Son los obreros del Frigorífico Buenos Aires S.A., situado sobre Donato Alvarez frente a una de las alas laterales del Policlínico Bancario y a pocos metros de Plaza Irlanda. Allí se fabrican los exquisitos fiambres Torgelón.
"Nos dejaron en la vía, sin materia prima para elaborar. Ellos quieren tirar todo esto para hacer torres. No les importan las cien familias que dependen de este trabajo", señala con bronca Rubén Maximiliano Bittencourt, quien, con 34 años de edad y 13 de obrero de la firma, desempeñaba, en los últimos años, la tarea de salar jamones.
Incluyendo el personal administrativo, los trabajadores del frigorífico son alrededor de 120. Para enfrentar la realidad de extrema necesidad en que los ha dejado el lock out patronal, están aprovechando las máquinas (objetos de su rigurosa custodia) y la escasa materia prima que les queda para mantener cierto nivel de producción, que comercializan con los particulares a través de una venta al menudeo. Una canastita con longanizas en la vereda es una de sus principales fuentes de ingreso: "Los patrones se fueron sin pagar el último sueldo y lo tuvimos que sacar de la venta que estamos haciendo acá", asegura Bittencourt. Y remarca: "Los vecinos son muy solidarios. Vienen, se acercan, traen un poco de fideos, ponen dos o tres pesos en una urna".
De acuerdo con lo denunciado por los trabajadores, Miguel, Claudia y Alberto Gelonch, y Hernán Villanueva y Marina Torres –miembros del directorio de Frigoríficos Buenos Aires– serían responsables de un gran desfalco: durante su gestión, la producción de jamones se habría reducido en enormes proporciones (de 17.000 a los actuales 500); en los últimos cinco años no habrían estado haciendo los aportes para la obra social ni para la jubilación y estarían dejando un tendal de deudas (medio millón de pesos sería la deuda contraída con el Sindicato Obreros y Empleados de la Industria del Chacinado y Afines, y es la más pequeña).
Los obreros están siendo asesorados legalmente por el abogado Luis Caro, quien conduce el Movimiento Nacional de Fábricas Recuperadas. "Por él, sabemos que estamos amparados por el artículo 14 de la Constitución (el que establece el derecho de los habitantes del país de "trabajar y ejercer toda industria lícita"). Si nos vienen a sacar por la fuerza, vamos a tener que responder", advierte Bittencourt.
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